ON THE ROAD

 

Estimadas y queridos

En este mes de noviembre comenzamos muchas de nosotras y nosotros a estudiar a fondo, o no: a darle vueltas a cómo vamos a estudiar a fondo, o tampoco: simplemente estamos teniendo un pensamiento circular en torno a cómo vamos a plantear una serie de supuestos prácticos para la plaza que vamos a elegir en primer lugar. O simplemente nada, como aquel histórico maestro que conocí en Londres que había pasado por Alemania y por Suiza y había vivido las huelgas de profesores que ya nadie recuerda cuando a estos profesores y profesoras no se les pagaba una indemnización por estar destinados en el extranjero. Gracias aquellas huelgas tenemos ahora un sueldo digno para salir al exterior. Anyway, aquel maestro, con su bigote y su pelo negro como el tizón a pesar de los años, una mañana de llovizna en la calle de Portobello me dijo: "a veces estudias y suspendes y otras veces, como a mí me pasó, no estudias, y te dan Londres". 

Eso solo se puede hacer cuando has dedicado toda tu vida profesional al exterior. Si embargo en aquella época no existía el test, que es la motosierra de la UAEE para quedarse con los mejores, o los más memoriosos, o los que saben de qué va el rollo este del sistema educativo, o simplemente para quedarse con unos cuantos y cuantas, para que la segunda parte, la lectura y defensa del supuesto práctico, no se eternice.

El otro día, bueno, esta mañana, cuando volvía a leer el mil veintisiete y su hermano el mil ciento treinta y ocho me di cuenta de que a veces, mejor que aprender de memoria es más útil comprender cómo funciona el Ministerio, buscar la lógica o la matemática velada, descubrir la motivación oculta de por qué las cosas se hacen así o se hacen asado. Hay una lógica, que es la que le permitía a aquel profesor del Cañada presentarse sin estudiar y sacar una plaza. Pero creo que para encontrar esa lógica oscura hay que bucear tanto, que para cuando te das cuenta ya te lo sabes todo de memoria.